El 8 de noviembre de 2016, el mundo contempló atónito la victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales estadouniden- ses. Su etapa en la Casa Blanca estuvo plagada de escándalos, disputas internas y fracasos legislativos, y terminó con una derro- ta en las urnas y el vergonzoso intento del magnate de retener el poder con un golpe de Estado que arrastró a una muchedumbre enfurecida a asaltar el Capitolio. Por qué se rompió Estados Unidos explica de manera amena y rigurosa el germen de ese momento decisivo, así como las raíces históricas, políticas e institucionales de una democracia que ha estado a punto de quebrarse a sí misma.
Trump no es una anomalía. En realidad, su llegada al poder es fruto de un sistema político disfuncional que opera bajo una Constitu- ción anticuada. Es también producto de una guerra civil cerrada en falso y una democracia incompleta, que hasta la lucha por los derechos civiles de los años sesenta ni siquiera incluía a todos sus ciudadanos. Y es, sobre todo, consecuencia de una serie de deci- siones y estrategias del Partido Republicano bajo el mandato de Richard Nixon, así como de las leyes, las reformas y los cambios institucionales que han acabado por polarizar la política estadou- nidense hasta límites inéditos en los últimos doscientos años.
La división ideológica y casi física en Estados Unidos (entre unas áreas metropolitanas cada vez más prósperas y unas zonas rura- les estancadas que se vuelven reaccionarias) coloca a este país y al mundo ante unos retos sin precedentes. La mirada mordaz del politólogo Roger Senserrich hacia pasado, presente y futuro nos aporta claves para comprender como nunca a la principal potencia occidental.